La Armada (o Marina) imperial japonesa era la más poderosa del mundo. Japón siempre se vió forzado a importar petróleo y otras materias primas de varias partes del mundo. Esta vulnerabilidad hizo que construyeran una poderosa fuerza naval que mantuviera segura sus costas y el aseguramiento de recursos vitales para su economía. Al principio de la guerra, tenía 10 portaviones, con 1 500 pilotos de combate altamente especializados para manejar los temibles aviones Zero-sen. que eran los mejores aviones de combate en el mundo.

Tenía 12 acorazados, incluyendo los de la poderosa clase Nagato, varios cruceros, destructores y submarinos.

Sus aviones torpederos y bombarderos complementaban el arsenal.

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