Fue construido en 1624 por el padre de Luis XIV. Cuando Luis consiguió la mayoría de edad en 1661, se dedicó a la construcción de un palacio digno de su poder y de su imagen de Rey Sol, y así mantener a sus nobles y funcionarios de gobierno bajo su control.

Al igual que sobre el Sol giran todos los planetas, Luis XIV hizo que alrededor de él giraran su corte, los nobles y funcionarios del gobierno francés.

Se convirtió en el símbolo europeo del absolutismo.

Está situado a unos 18 kilómetros al suroeste de París. Originalmente se trataba de un pequeño pabellón de caza de la familia real, que Luis XIV transformó en la jaula dorada de sus cortesanos.

En 1743, incorporó al ascensor en su diseño del palacio. Un hombre tenía que estar siempre atento para tirar de una cuerda que subía a los empleados de servicio a un acceso especial.

Para la misma época, otros ascensores fueron documentados en Hungría, China y Egipto, pero funcionaban usando tracción animal, lo que le permitía impulsar más peso.

Está lleno de referencias simbólicas, tanto por dentro como por fuera. Monarcas de toda Europa llegaron hasta allí para maravillarse ante la belleza del edificio, y luego regresaron a sus países con la idea y la intención de duplicarlo.

Una de las salas más famosas es el "Salón de los Espejos", lleno de cristales, y que se utiliza para las visitas de Estado.

La decoración interior ayudó a establecer la reputación francesa por el buen gusto y la moda.

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