Los contornos de las nubes, con sus delicados y semitransparentes filamentos, nos brindan, la oportunidad de observar un despliegue de colores. A este fenómeno maravilloso se le conoce como irisación y aparecen normalmente en nubes de tipo alto y medio, debidas al fenómeno de la difracción de la luz; cuando la radiación solar o la procedente de la luna inciden bajo un ángulo determinado sobre unas pequeñas gotas de agua y cristales de hielo.

Una de las claves en la formación de este fenómeno óptico reside en la presencia de hidrometeoros de tamaño muy parecido. Los fenómenos de interferencia son los encargados de separar los distintos colores en las bandas que observamos, modulando la luz, de forma tal que la señal resultante aparece amplificada en unas zonas y atenuada en otras. Lograremos ver la iridiscencia sólo si estamos situados, con respecto a la zona de la nube donde se genera, bajo el ángulo adecuado. Algo parecido ocurre sobre la superficie de algunos objetos cotidianos como las manchas de aceite, las pompas de jabón o las alas de determinadas mariposas e insectos.

Las nubes iridiscentes de bellos tonos pastel, son un fenómeno atmosférico meteorológico, que muchos hemos observado en el cielo

La irisación es producida por objetos que logran descomponer la luz en toda su longitud de onda, en este caso, la luz de sol choca con las gotas de agua que contienen las nubes haciendo que esta se descomponga y podamos ver este increíble y hermoso fenómeno meteorológico.

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