Britania es el término que designaba a la isla de Gran Bretaña antes de que se produjeran las invasiones del imperio germano. El nombre de Britania procede de la denominación latina Britannia que se dio en el Imperio romano, a la isla.

El nombre Britannia en latín proviene de la denominación griega (Pretanniká Nesiá) que le dio Piteas de Marsella a las islas exploradas al norte de la Galia Comata por él, en el 330 y 320 a.C. El término Pretanniká proviene quizás de la designación en dialecto celta britano (galés antiguo) para ese territorio que Piteas escuchó nombrar: Ynys Prydein. Ynys significa isla.

Sólo la lengua latina y la religión cristiana sobrevivió a duras penas al abandono. Aún estos dos elementos desaparecieron cuando los germanos llegaron a la isla. Así Britania, sería un islote pagano en el océano durante los primeros Siglos de la Edad Media.

La romanización de Britania no fue tan profunda como en la Galia o en Hispania. Las lenguas célticas de ambas provincias habían desaparecido completamente, mientras que el britano se siguió hablando en buena parte del territorio.

Sólo los nobles celtas de la isla adoptaron parte de las costumbres de los conquistadores y hasta cierto punto dejaron de lado su identidad.

Por último no hubo en la isla nada parecido a una administración civil hasta finales del Siglo III. Sólo el gobierno militar tenía cabida allí, con presencia especial en las fronteras de Caledonia y Gales, bajo supervisión del dux britanniarum.

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