La glándula lacrimal o lagrimal yace dentro de la órbita sobre la porción exterior de la parte superior del ojo. Esta glándula secreta continuamente lágrimas que humedecen, lubrican y protegen la superficie del ojo. El exceso de lágrimas drena a unos pequeños conductos que se vacían dentro de la cavidad nasal.

Existen varias glándulas accesorias situadas en el párpado, conocidas como glándulas de Meibomio, cuya secreción también forma parte de la glándula lagrimal.

Las lágrimas están conformadas por agua, cloruro de sodio (sal común) y albúmina y su función es mantener limpia y húmeda la superficie del ojo, nutrir la córnea en su parte externa y actuar como lubricante para facilitar el movimiento de los párpados.

El nervio que recoge la sensibilidad de la glándula lagrimal es el nervio lagrimal, una rama del nervio oftálmico, a su vez rama del nervio trigémino.

La dacrioadenitis es la inflamación de la glándula lagrimal, sobre todo de la principal. Es producida por la acción de las bacterias Staphylococcus aureus o Streptococcus pyogenes​ aunque existen casos producidos por estreptococos, meningococos y virus.

La dacrioadenitis puede producir un aumento del volumen de la región superior y externa de los párpados, exceso de lágrimas, secreción, dolor de moderado a intenso e inflamación de los ganglios linfáticos cercanos al oído.

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