La iglesia fotografiada es la de Saint-Étienne, en Nevers, Francia. Es uno de los exponentes mejor conservados del más puro estilo arquitectónico románico.

Tras la decadencia de la civilización grecorromana, el estilo románico fue el más utilizado en la Europa cristiana. No es fácil deliminar el periodo exacto de su desarrollo, pues ocupa bastantes siglos y varía según las regiones, pero suele aceptarse que comienza entre el siglo VI y el XI, hasta el XII, cuando poco a poco fue siendo reemplazando por el estilo gótico.

La arquitectura románica introdujo la fachada armónica, la cabecera con deambulatorio, las bóvedas altas de techo redondeado, con interior atravesado de aristas y crucería con sus contrafuertes. Los edidicios también se reconocen por ser bloques compactos, sin esculturas, pero con gruesos muros, arcos de medio punto, pilares robustos, grandes torres y arcadas decorativas.

Las columnas que soportan los arcos suelen ser cilíndricas y están rematadas con capiteles, muchas veces tallados con representaciones de animales, plantas y símbolos más o menos geométricos.

Al ser un estilo arquitectónico muy extendido geográfica y temporalmente, no hay un patrón de diseño claramente común, pero todos los edificios concuerdan en presentar una forma bien definida, con planta muy regular y simétrica.

El uso destinado a este tipo de edificios era religioso: iglesias, monasterios, claustros, etc. los cuales fueron claves del desarrollo socioeconómico y cultural.

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