Una conspiración es un acuerdo generalmente secreto entre dos o más personas y que tiene la misión de gestar algún plan o daño contra algo o alguien.

Los objetivos de una conspiración son variados, así como los medios desplegados para la obtención de los fines. Los falsos testimonios así como los rumores,​ los secuestros,​ los atentados,​ los asesinatos,​ están entre los métodos más visibles y más utilizados en las conspiraciones.

En el ámbito político es en uno de los contextos en los que más se ha utilizado esta palabra dado que muchos gobiernos a lo largo de la historia han sucumbido como consecuencia de una conspiración, o en su defecto, han alcanzado el poder gracias a ella.

La «conspiración» es un delito posible en los sistemas legales de numerosos países. Es así que Luis XVI en su momento fue acusado de «conspiración contra la libertad pública y la seguridad general del Estado» por la Convención Nacional auto-instituida en tribunal, y fue reconocido culpable.

Como constata la historia, las conspiraciones siempre han sido consideradas con gran severidad por los distintos sistemas jurídicos. Y generalmente, una sentencia de pena capital era dictada respecto de una acusación, probada o no, de crimen de conspiración, lo que convertía a este mecanismo en un arma política incuestionable y temible.

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