Es una lanceta o venablo largo y ligero que incorpora en uno de sus extremos una punta de hueso o asta (de ciervo o reno), cuyo extremo distal (parte activa funcional), es apuntado o afilado, siendo el proximal (o zona de enmangue), de morfología variada según el modelo.

Se trata por tanto de un arma arrojadiza lanzada directamente con la mano o con la ayuda de un propulsor en momento avanzados del paleolítico superior, en cuyo caso el ástil estaría emplumado.

Por extensión, azagaya es la punta ósea que se enmanga en el extremo del venablo, aunque esta sería realmente la punta de la azagaya. En la actualidad existen varios grupos indígenas que utilizan propulsores y lancetas.

Las azagayas se elaboraban principalmente a partir de asta de ciervo. Fácil de conseguir, no solo aprovechando aquellas de los ciervos que consiguieran cazar, sino también porque a estos animales sus cuernas se les desprenden de manera natural una vez al año (es lo que se conoce como desmogue), por lo que no es difícil de encontrarlas en los bosques.

La punta de la azagaya es, generalmente, el único resto que encuentran los arqueólogos en las excavaciones, pues el ástil de madera se pudre con el paso del tiempo.

Las azagayas son particularmente características del Paleolítico superior europeo y, dado que han ido evolucionando con el tiempo, es posible asignar uno o varios modelos característicos para cada una de las culturas de esta fase de la Prehistoria.

Más información: es.m.wikipedia.org