Es sabido que los hombres que llevaban el corte de pelo perfecto, la ropa de diseñador y todo un ritual de cuidados faciales dieron paso a los denominados “metrosexuales”. Cuando en 1994 el periodista del Daily Telegraph Mark Simpson acuñó el término metrosexual hacía referencia a aquel hombre preocupado por su imagen personal, su estilo y la moda, y aunque actualmente éste sigue prestando atención a su físico, ya no solo se enfoca en su guardarropa y cabello, también se preocupa por mantenerse en forma.

Aproximadamente dos décadas más tarde de introducir el término, Simpson publicó una nueva historia para declarar que la metrosexualidad había muerto, ante la llegada de una “nueva generación” a la que llama “spornosexual” , resultado de la combinación en inglés de sport (deporte), porn (porno) y sexual.

Según Simpson, el spornosexual ya no se enfoca tanto en la ropa para estar en boga, sino en convertir su propio cuerpo en un objeto sexual, el que suele promover por medio de los “selfies” y las redes sociales.

Para el psicólogo Fidel Valera, del Centro Vida y Familia, el spornosexual como tendencia (o moda) va de la mano con aquellas personas que se sienten admiradas.

Los hombres con estas características se pueden encontrar en todos lados, como el gimnasio, la playa, en conciertos o incluso en la calle. Los especialistas afirman que quieren ser vistos, primero, por su físico y no por su manera de vestir o por su personalidad.

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