Las expresiones algebraicas que se forman a partir de la unión de dos o más variables y constantes, vinculadas a través de operaciones de multiplicación, resta o suma, reciben el nombre de polinomios. El adjetivo polinómico, por su parte, se aplica a la cantidad o las operaciones que se pueden expresar como polinomios.

Gracias a los polinomios, es posible desarrollar diferentes cálculos y acercarse a una función derivable. Numerosas ciencias utilizan los polinomios en sus estudios e investigaciones, desde la química y la física hasta la economía.

Para realizar la suma o la resta de polinomios, es necesario agrupar los diferentes monomios y simplificar los que resulten semejantes. La multiplicación, por su parte, se desarrolla multiplicando los términos de un polinomio por los términos del otro, simplificando finalmente los monomios que sean semejantes.

Es importante resaltar que los polinomios no son infinitos, es decir, no pueden estar formados por una cantidad infinita de términos. Por otra parte, la división es una operación que nunca forma parte de los polinomios.

Una propiedad de los polinomios es que, al sumarlos, restarlos o multiplicarlos, el resultado siempre será otro polinomio. Cuando el polinomio cuenta con dos términos, se lo denomina binomio. Si tiene tres términos, por otra parte, recibe el nombre de trinomio. Aquí un ejemplo de una suma de polinomios.

(5y3 + 4y2 + 3y + 1) + ( 2y3 + 3y2 + 6y + 8) = 7y3 + 7y2 + 9y + 9

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