La tularemia, también conocida como fiebre de los conejos o fiebre de las liebres silvestres, es una enfermedad infecciosa potencialmente grave causada por la bacteria Francisella tularensis.

Es endémica en Norteamérica, Europa y Asia. Siendo los huéspedes reservorios roedores, conejos diversos y vectores frecuentes las garrapatas y ciertas moscas hematófagas.

Es muy contagiosa y potencialmente mortal, se puede tratar eficazmente con antibióticos específicos si se diagnostica a tiempo.

Los síntomas suelen aparecer entre los 3 y 5 días.

La "tularemia ulceroglandular" es la forma más frecuente.

También se presenta la "glandular", "oculoglandular", "orofaríngea", "pulmonar" y "tifoidea".

Se presenta en todo el mundo, especialmente en las zonas rurales. Este organismo puede vivir durante semanas en el suelo, el agua y los animales muertos.

Se puede contagiar de diferentes maneras:

- Picaduras de insectos

- Exposición a animales muertos o enfermos

- Bacterias transmitidas por el aire

- Agua o alimentos contaminados

No tratada puede ser mortal. Otras posibles complicaciones incluyen las siguientes:

- Inflamación de los pulmones (neumonía)

- Infección alrededor del cerebro y la médula espinal (meningitis)

- Irritación alrededor del corazón (pericarditis)

- Infección ósea (osteomielitis)

Depende el diagnóstico los tratamientos son antibióticos (estreptomicina), también con quinolonas, gentamicina, tetraciclinas o cloranfenicol. Por el momento no existen vacunas.

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