La Salamanca es un lugar mencionado en muchas leyendas sudamericanas, hace alusión a una cueva donde se llevan a cabo aquelarres de brujas y demonios y se cree que se basó en la antigua leyenda española de la Cueva de Salamanca.

En ella (todas sus variantes) el Diablo (Súpay o Zupay) realiza grandes celebraciones que duran toda la noche y sólo puede entrar aquel que conoce la palabra que hace visible la entrada, ya en su interior el voluntario debe escupir una imagen sagrada (virgen o crucifijo) y pasar por 3 pruebas de "iniciación": Primero: resistir el ataque de un chivo de ojos rojos (en otras debe besar sus cuartos traseros). Segunda: resistir el "abrazo" de los anillos de un viborón o Culebrón. Tercero: vencer la mirada de un "basilisco criollo".

Luego de pasarlas, el iniciado puede unirse a la fiesta y aprender hechizos y el idioma de los animales. Aquellos que ya entraron a la Salamanca se reconocen por que no proyectan sombra y suelen ser agraciados con talentos, especialmente para la música. Aunque empeñan su alma inmortal.Quienes oigan por casualidad el alboroto del festejo y no deseen ser atraídos por la tentación deben portar un rosario al pasar cerca o ser hombres de mucha fe.

En ocasiones, Supay sale a buscar adeptos o ya tiene algún elegido que quiere tentar y se personifica como un gaucho vestido lujosamente con adornos de plata.

Estas leyendas se han visto plasmadas en las artes plásticas y el floklore de muchos países de sudamérica.

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