Bruschetta es el nombre que recibe un plato originario de la cocina italiana, concretamente de parte de Italia central y meridional. Es considerada como uno de los antipasto (un tipo de entrante) más populares y tradicionales de Italia.

Existen infinitas recetas de bruschetta hoy en día, pues es una receta que ofrece la posibilidad de combinar muchos ingredientes: quesos de distintos tipos, aceitunas negras, pollo, salmón ahumado, jamón de Parma, pimiento, calabacín, pesto, champiñón, anchoas, y más.

La preparación de la bruschetta se hace por regla general en un tipo de horno especial denominado «brustolina», aunque también puede hacerse en hornos tradicionales.

Consiste en rebanadas de pan tostado, rebozadas con algún ajo y puestas a la parrilla para que se doren. Al servir, se las riega con aceite de oliva, sal y pimentón molido.

Las variaciones de la bruschetta provienen de los añadidos y de las especias empleadas variando estos de acuerdo a la imaginación, la costumbre e ingredientes usados. Según la época del año, suelen ser los más típicos: el tomate, los vegetales y el queso.

La palabra 'bruschetta' proviene del verbo 'bruscare' del dialecto romano, equivalente a la palabra en italiano 'abbrustolire', que significa 'tostar'.

Como tantos otros platos, se dice que en origen era una comida pobre, una receta sencilla que hacían los campesinos para gastar los restos de pan duro.

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