Alejandrino es el verso de catorce sílabas métricas compuesto de dos hemistiquios (mitad o fragmento de un verso) de siete sílabas con acento en la sexta y decimotercera sílaba.

Entre ambos hemistiquios heptasílabos hay una cesura o pausa medial, que funciona como la pausa final de verso: no admite la sinalefa y hace equivalentes los finales agudos, llanos y esdrújulos según las reglas métricas del español.

Proviene de la versión francesa del poema narrativo Román d'Alexandre escrita por Le Tors y Alexandre de Bernay en el siglo XII. Fue muy usado en la lírica del mester de clerecía y, en algunas ocasiones aparece en textos de Gil Polo, Sor Juana Inés de la Cruz, Moratín y otros.

Recibe un impulso definitivo con los movimientos post-románticos de finales del siglo XIX y principios del XX, en particular el modernismo y los poetas del 98.

El verso alejandrino puede tener varios patrones acentuales. El más común es el que tiene marca rítmica (sílaba tónica) en las sílabas segunda, sexta, novena y decimotercera, algunos ejemplos de Versos Alejandrinos son:

Antonio Machado.

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,

[Miin-fan-cia-son-re-cuer-dos-deun-pa-tio-de-se-vi-lla] 14 sílabas

y un huerto claro donde madura el limonero; 14

mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; 14

mi historia, algunos casos que recordar no quiero. 14

Pablo Neruda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 14

Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 14

Más información: www.escolares.net