El kevlar es una poliamida que sintetizó Stephanie Kwolek, una química que trabajaba para la firma DuPont, en 1965.

Estas fibras se componen de cadenas largas de poliparafenileno tereftalamida; una molécula que soporta altas temperaturas que permiten la construcción de equipos de gran resistencia, poco peso y a las que no afecta la corrosión.

Se usa para el refuerzo de prendas textiles de montaña por la gran resistencia y capacidad con la que cuenta. Ha salvado muchas vidas usado en los chalecos antibalas y otros elementos de seguridad. El kevlar lo podemos encontrar, entre otros usos, en:

Chalecos antibalas

Blindaje de motores de aviones.

Guantes para protección mecánica.

Protecciones de los lomos del caballo

Coderas o rodilleras de jugadores de élite

Neumáticos antipinchazos en coches blindados

Cascos para vehículos

Trajes espaciales

Bastante más ligero que el acero y con mayor resistencia. Absorbe mucha más energía antes de romperse. La resistencia del kevlar se debe a que está formado por muchos enlaces de puentes de hidrógeno entre las cadenas del polímero. Estas cadenas se orientan en dirección al eje de la fibra.

Destaca por su resistencia a las bajas temperaturas. Su resistencia es capaz de llegar a 700 grados, siendo un compuesto que se utiliza en los trajes de bomberos.

En el futuro no se descarta que encuentre más usos debido a sus excepcionales prestaciones de la que nos beneficiamos ampliamente.

Más información: es.m.wikipedia.org