Aunque los aviones están diseñados con diferentes propósitos, la gran mayoría de ellos tienen los mismos componentes estructurales, aunque en cada caso concreto estos componentes varían en función del uso específico para el cual fue diseñado el aeroplano.

En el caso del fuselaje, se trata del cuerpo principal de la estructura del avión, cuya función principal es la de dar cabida a la tripulación, a los pasajeros y la carga, servir de soporte principal y conexión estructural al resto de componentes (alas, cola, tren de aterrizaje, etc.) y alojar los sistemas y equipos de control que mantienen al avión en funcionamiento.

En aviones monomotor el grupo propulsor está contenido en el fuselaje mientras que los aviones polimotores los tienen dispuestos en las alas o en la cola del aparato.

Su forma obedece a una solución de compromiso entre una geometría suave con poca resistencia aerodinámica y ciertas necesidades de volumen o capacidad para poder cumplir con sus objetivos.

En un avión comercial, gran parte del volumen está dedicado a la cabina de pasajeros, cuya disposición depende de diversos factores como la duración del vuelo, los servicios a bordo, los accesos al avión, las salidas de emergencia, tripulación auxiliar, etc.

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