El efecto Matilda es un prejuicio en contra de reconocer los logros de las mujeres científicas; consiste en ignorar sus méritos, trabajos y descubrimientos para atribuírselos a sus colegas masculinos.

Las investigaciones de científicos no tan conocidos para la comunidad científica y la sociedad en general, aunque sean mejores que las de sus compañeros ya consagrados, recibirán menor cantidad de menciones, además, es posible que sean olvidados o relegados a un segundo plano, ocultos por la sombra del famoso.

Se viene dando en todos los campos profesionales y es una constante que se repite a lo largo de la historia, para la ciencia le han dado el nombre efecto Matilda.

El término fue acuñado por Margaret W. Rossiter, en honor a Matilda Joslyn Gage, activista, defensora de la igualdad de género, sufragista, abolicionista y escritora (y todo ello en el siglo XIX).

El efecto Matilda pone de manifiesto, no solo la discriminación sufrida por las mujeres, también refleja la negociación de las aportaciones, descubrimientos y trabajo de muchas mujeres científicas, dando la autoría de los mismos a sus compañeros de investigación.

Los sociólogos Robert King Merton y Harriet Zuckerman, han estudiado este fenómeno, del que han sido víctimas muchas científicas a lo largo del tiempo. La historia de la ciencia, debe recoger las aportaciones y los nombres de las científicas/os con imparcialidad, recordando a todas aquellas Matildas, que han sido víctimas a lo largo de este camino.

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