Enrique Jardiel Poncela (1901-1952), el gran renovador del teatro cómico en España adquirió una formación fundamentalmente autodidacta.

Durante su juventud escribió una amplísima nómina de obras en colaboración con escritores como Serafín Adame, y también artículos destinados a la prensa y a las revistas de humor.

En 1927 decide emprender su carrera como autor teatral en solitario y renuncia a toda su obra dramática anterior. Desde entonces escribirá teatro, actividad que compaginará con la escritura de novelas humorísticas, artículos, relatos cortos y otros materiales, casi siempre dentro del territorio de lo cómico, que Jardiel reivindicó incesantemente. Procuró buscar la comicidad en las situaciones teatrales, en lugar de apoyarse en el chiste lingüístico, como acostumbraba la tradición anterior.

Entre sus obras pueden recordarse: "Amor se escribe sin hache", "Eloísa está debajo de un almendro", "Los ladrones somos gente honrada", "Cuatro corazones con freno y marcha atrás", "Los habitantes de la casa deshabitada", "Un adulterio decente", "Un marido de ida y vuelta", "Angelina o el honor de un brigadier", "Usted tiene ojos de mujer fatal".

Jardiel creaba situaciones disparatadas e hilarantes, aparentemente inverosímiles, sustentadas por una acción vertiginosa y laberíntica, y por unos personajes caracterizados por sus obsesiones, sus manías y sus tics, con los que el comediógrafo obtiene efectos de irresistible comicidad.

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