La Antártida es llamado el continente blanco por el hielo y la nieve que cubre la mayor parte de este enorme continente. El hielo cubre casi toda la Antártida: solo el 2 % de la superficie terrestre está libre del hielo. Tiene un total de 45 millones de km² en extensión, y el intenso frío es su rasgo más característico.

Actúa como un verdadero refrigerador para la región y para todo el hemisferio sur. Las zonas polares reciben los rayos solares con un ángulo de incidencia bajo y, un aporte de calor muy inferior al de las zonas ecuatoriales.

Este continente está cubierto por una capa de hielo de 2.000 metros de espesor, cuyo peso de 25.000 billones de toneladas hundió el continente que yace debajo, en unos mil metros dentro de la corteza terrestre.

Permite la acumulación de una gran masa de hielo que enfría a todas las regiones circundantes, influyendo sobre las regiones marinas y regulando el clima de todo el planeta.

Interiormente es un desierto que casi no soporta vida terrestre. La única vegetación que puede crecer con temperaturas medias de 60⁰ C bajo cero y vientos que promedian los 70 km/h, son los musgos y líquenes que ocupan los territorios rocosos.

Alberga algunos animales terrestres como diminutos insectos y artrópodos, que se refugian bajo las rocas y entre la escasa vegetación.

Sus aguas son biológicamente muy ricas, que asegura una enorme producción de fitoplancton que favorece la presencia de focas, ballenas con barbas y el leopardo marino.

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