La historia de la aspirina (también conocida como ácido acetilsalicílico o AAS) se remonta a la historia antigua, aunque la aspirina pura sólo se ha fabricado y comercializado desde 1899.

Medicamentos hechos de sauce y otras plantas ricas en salicilato aparecen en papiros de farmacología faraónica egipcia pertenecientes al segundo milenio a.C. Hipócrates se refirió al uso del té salicílico como remedio para reducir la fiebre alrededor del año 400 a.C.

Estos medicamentos formaron parte de la farmacopea de la medicina occidental en la antigüedad clásica y la edad media. Para el siglo XIX, los farmacéuticos estaban experimentando y prescribiendo una variedad de sustancias químicas relacionadas con el ácido salicílico, el componente activo del extracto de sauce.

En 1897, científicos de la empresa farmacéutica y de colorantes Bayer comenzaron a investigar al ácido acetilsalicílico como un reemplazo menos irritante para los medicamentos estándar de salicilato común. En 1899, Bayer llamó a este fármaco "Aspirina" y la vendió en todo el mundo.

La palabra "aspirina" era el nombre de marca de Bayer y no el nombre genérico del medicamento; sin embargo, los derechos de la compañía Bayer por la marca se perdieron o fueron vendidos en muchos países.​ La popularidad de la aspirina creció durante la primera mitad del siglo XX, impulsada por el papel eficaz que jugó al principio de la pandemia de gripe española de 1918.

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