La celulosa es una sustancia orgánica, un polisacárido o carbohidrato complejo, que se halla en las fibras vegetales y paredes celulares del algodón y la madera, como tejido de sostén (es el «esqueleto» de los vegetales).

La pared de una célula vegetal joven contiene aproximadamente un 40 % de celulosa; la madera un 50 %, mientras que el ejemplo más puro de celulosa es el algodón, con un porcentaje mayor al 90 %. De esta manera, es la biomolécula orgánica más abundante, ya que forma la mayor parte de la biomasa terrestre.

Se trata de un biopolímero, o sea, una cadena larga de hidratos de carbono, compuesta exclusivamente por moléculas de glucosa (β-glucosa) unidas entre sí por puentes de hidrógeno. Se describe con la fórmula química C₆H₁₀O₅.

La celulosa fue descubierta en 1838 por el químico francés Anselme Payen, que la aisló a partir de materia vegetal y determinó su fórmula química. La celulosa fue utilizada por Hyatt Manufacturing Company para producir el primer polímero termoplástico con éxito en 1870, el celuloide. La producción de rayon a partir de la celulosa comenzó en la década de 1890 y el celofán fue inventado en 1912.

La celulosa constituye la materia prima del papel y de los tejidos de fibras naturales. También se utiliza en la fabricación de explosivos (el más conocido es la nitrocelulosa), seda artificial, barnices y se utiliza como aislamiento térmico y acústico.

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