Con 37 años, la artista mexicana Frida Kahlo (1907-1954) llevaba media vida arrastrando un terrible sufrimiento físico a causa del accidente de autobús sufrido en 1925. Su columna vertebral había quedado fracturada en tres partes, sufriendo además fracturas en dos costillas, clavículas y pelvis. Su pierna derecha se fracturó en once partes.

Desde entonces fueron continuas las operaciones (al menos 32 a lo largo de su vida), las hospitalizaciones y el dolor extremo. Tuvo que ponerse todo tipo de corsés y artilugios para poder andar y llevar una vida normal. Pero lo único que ayudó a curar su dolor fue el arte.

Kahlo se mostró en sus pinturas coexistiendo tanto con la vida como con la muerte, especialmente en sus frecuentes operaciones quirúrgicas siendo constante la presencia de su dolor. En «La columna rota», su cuerpo aparece cubierto de clavos. Frida llora porque tiene rota su columna jónica (lo femenino) y sólo un doloroso corsé de metal la mantiene moderadamente firme.

El tema de las relaciones y el afecto también aparece frecuentemente en su obra, especialmente su gran amor Diego Rivera. Uno de esos cuadros es "Diego y yo", donde las proporciones son bastante realistas: 136 kg de Rivera y 45 kg de Frida. Por ello eran también conocidos como «el elefante y la paloma».

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