George Aldrich trabaja en la NASA, realiza una peculiar actividad, debe oler todo lo que se envía al espacio, su trabajo consiste en oler cada uno de los objetos que viajarán al espacio y aprobarlos o desaprobarlos según su aroma.

Durante los viajes espaciales los objetos sufren cambios de temperatura, que los afecta; los olores nocivos pueden ser un peligro para los astronautas.

Un hedor a bordo del Soyuz-21 puso fin a la misión soviética de 1976 porque el olor "se volvió insoportable" para los cosmonautas, informa Angela Swafford.

Para prevenir tales calamidades, la NASA emplea especialistas que prueban todos los materiales y componentes necesarios en las naves espaciales.

Quizás el miembro más famoso de ese equipo es George Aldrich, un hombre con un olfato especializado., el trabaja como técnico de laboratorio en el White Sands Test Facility, en las Cruces, Nuevo México, donde la NASA lleva a cabo pruebas de química y resistencia de materiales.

"He usado mi sentido del olfato durante 40 años para oler cosas antes de que fueran al espacio", relató Aldrich. “Lo que me hace realmente importante para la NASA es que utilizo mi sentido del olfato para ayudar a proteger a los astronautas de los olores desagradables en el espacio.

A medida qué pasa el tiempo, su nariz deja de ser tan efectiva, por ello, esta en espera del momento para retirarse, eso si, con la satisfacción de ser una de las pocas personas en el mundo con una nariz certificada por la NASA.

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