De las tres carabelas de la primera flota de Cristóbal Colón, la nao insignia Santa María, seguida por la Niña y la Pinta, sólo se conoce el destino que corrió la Santa María.

La primera expedición transatlántica de Cristóbal Colón alcanzó tierra en el Caribe el 12 de octubre de 1492, dando pie a una serie de acontecimientos que llevarían a la colonización europea del Nuevo Mundo.

Los restos de la primera flota histórica de Colón (y los de sus tres expediciones siguientes) siguen sin descubrirse.

Algunas teorías apuntan a que las aguas cálidas del Caribe son un paraíso para los teredos, moluscos con un apetito voraz por la madera. Conocidos como gusanos de barcos y termitas del mar pueden devorar la madera de un naufragio expuesto en sólo una década.

También habría tenido que sobrevivir a siglos de tormentas tropicales y huracanes en aguas poco profundas.

El paisaje ha cambiado radicalmente desde la época de Colón. Se han alterado significativamente las costas frente a las que navegó Colón en su día. Si un barco se encontrase enterrado bajo metros de sedimentos un sonar podría no detectarlo.

Según el cuaderno de bitácora de Colón, la Santa María fondeó en un arrecife en Cabo Haitiano, en Haití, en la Nochebuena de 1492. Su casco fue desmantelado y empleado para construir el fuerte de La Navidad, que también está por descubrir.

En 2014, se dijo que se había encontrado la Santa María, algo que la UNESCO desmintió rotundamente.

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