A diferencia de lo que ocurre en la Tierra, los atardeceres del planeta rojo son de un característico color azul. Este fenómeno se debe a la dispersión de los rayos cuando entran en contacto con la atmósfera.

El 5 de abril de 2015 el rover Curiosity tomaba una bonita imagen en Marte. Se trata de una brumosa y azulada puesta de sol en el planeta rojo. La fotografía forma parte de una sucesión de imágenes captadas con la lente izquierda de la cámara situada en un mástil del Curiosity, llamada Mastcam. El color que obtiene la cámara es muy parecido al que aprecia el ojo humano, aunque es un poco menos sensible al azul que vemos las personas.

La fotografía se realizó entre tormentas de polvo. El polvo marciano está compuesto por finas partículas que permiten a la luz azul penetrar más fácilmente en la atmósfera que a otros colores con mayor longitud de onda.

Esto hace que los tonos azules de la luz solar sean más intensos, en comparación con una dispersión más amplia de los tonos amarillos y rojos. El cielo marciano es azul a la caída de la tarde, pero durante el día destaca el tono rojo oxidado del polvo.

El motivo de que los atardeceres de Marte sean azules es que el planeta se halla más lejos del Sol que la Tierra. La luz solar es más tenue y tiene menor intensidad. Mientras que en la Tierra el disco solar es de 0.5°, en Marte se ve reducido a 0.35°, variando el tamaño de las partículas en suspensión respecto a las de la atmósfera terrestre.

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