La máquina de sacar puntos o puntómetro es una herramienta de medición utilizada por escultores y canteros para copiar con exactitud modelos sólidos.

Su invención se aribuye por separado al francés Nicolas-Marie Gatteaux (1751-1832) y al británico John Bacon (1740-1799), aunque posteriormente fue perfeccionada por Antonio Canova (1757-1822).​ Tuvo un mayor uso a partir del siglo XIX, convirtiéndose en herramienta indispensable, puesto que permitía a los escultores, una vez resuelto el modelo, delegar en un oficial la operación de copiar la obra en material definitivo, sin correr el riesgo de que fuera alterada.

Para establecer un marco de referencia espacial, el escultor suele articular la cruz y apoyar sus salientes sobre tres puntos del modelo que delimiten altura, anchura y profundidad. Después, la aguja medidora se desliza hasta caer perpendicular al punto de interés. Con todo el instrumento fijo, es fácl transportar dicho punto a la pieza reproducida. El desplazamiento de las piezas permite incluso hacer un copiado a escala.

Se suele hacer en dos fases: se hacen unas primeras mediciones del modelo con un margen de error de un centímetro aproximado, para poder ir haciendo el desbastado de la reproducción; y a continuación se hacen las mediciones exactas para fijar los puntos definitivos en la copia.

Ya en el siglo XXI, son más habituales los puntómetros láser, pero se prevé su desaparición en favor de técnicas de fabricación asistidas por computadora.

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