Los habitantes de Grecia se denominan a sí mismos helenos (en griego, Ἕλληνες), aunque han empleado y han sido conocidos por diferentes nombres a lo largo de la historia. Prácticamente toda nueva etapa histórica vino acompañada por la adopción de un nuevo término, ya fuese este completamente nuevo, remotamente antiguo, rescatado de la tradición o aportado por un pueblo extranjero.

A modo de ejemplo, los soldados que cayeron en la batalla de las Termópilas lo hicieron bajo el nombre de helenos. Posteriormente, en la Judea helenística, la palabra heleno modificó su significado para denotar a alguien que había abrazado el modo de vida griego; así, los libros de los Macabeos aluden con este nombre a los judíos que habían adoptado la cultura griega.

En las escrituras del Nuevo Testamento, heleno se usa también como un término representativo de todos los pueblos no judíos (Epístola a los Gálatas 3:28). A finales de la Edad Antigua, los griegos se denominaban a sí mismos romeos o romios, es decir, «romanos». Ya que a partir del año 212 prácticamente todos los griegos eran ciudadanos romanos. Tras la conversión al cristianismo del Imperio romano, heleno pasó a ser sinónimo de pagano.

Por lo que respecta al nombre de «griegos», este término fue empleado por los europeos occidentales. En cuanto a los pueblos asiáticos, los persas y los turcos emplearon la palabra jonios, que se refiere a la región de la Grecia Antigua situada en la costa de Asia Menor.

Más información: es.wikipedia.org