Sucedió en el siglo XIII en 1212. Según algunos relatos un niño alemán aseguró haber tenido una visión de Jesucristo, que le ordenó encabezar una cruzada de pequeños como él para rescatar Jerusalén del poder de los infieles. Por la pureza de sus jóvenes corazones, le aseguró, el Mediterráneo se abriría para dejarlos pasar “a pie”, como el Mar Rojo a los hebreos guiados por Moisés, y los defensores de la ciudad cederían finalmente ante sus manos bondadosas.

Unos 30 000 niños pasan por ciudades y pueblos, y arrasan con la comida que encuentran. La intención no era que estos combatiesen, sino que convirtiesen a los árabes al cristianismo de manera pacífica. No funcionó y la mayoría de esos niños fueron capturados y vendidos como esclavos.

Finalmente llegan a Niza menos de 2000 niños y 200 adultos. Para que se abra el mar se pasan dos semanas rezando desde que sale el sol hasta que se oculta, sin embargo no ocurre nada. Dos mercaderes les ofrecen siete barcos para cruzar el mar hasta Tierra Santa.

Los niños suben a bordo de los barcos y zarpan. En Cerdeña se hunden dos barcos. Los otros cinco llegan a tierras de Alejandría (Egipto), donde los 2000 niños son vendidos como esclavos por los dos mercaderes que les habían prestado los barcos. Ese es el fin de la Cruzada.

Más información: www.google.com