Se conoce a este lugar como “La Ola” (The Wave), pero esta denominación no tiene nada que ver con el agua, sino con la forma que ofrece este paisaje de arena y rocas situada en mitad del desierto de Arizona, cerca de la frontera con el estado de Utah en Estados Unidos. La Ola de Piedra posee una particular belleza que despierta gran entusiasmo para los excursionistas.

Su suelo arenoso y rocoso, sus elevaciones onduladas, con cientos de arrugas que surcan el terreno como si fuera una sábana de seda, conforman un paisaje único. La imágenes hablan por sí mismas.

La Ola de Piedra de Arizona se formó durante el Jurásico, alrededor de 190 millones de años atrás en el tiempo. Según los expertos, en el lugar entonces existía un conjunto de dunas, que acabaron por convertirse en una roca compacta con el paso del tiempo. La erosión del viento y la lluvia hicieron el resto del trabajo, surcaron el terreno, dándole sus particulares formas sinuosas y onduladas.

Pese a su edad, la Ola de piedra es bastante frágil y hay que caminar con cuidado para no romper las pequeñas crestas que la recorren.

Las mejores horas para visitarla, al amanecer y el atardecer y, si puede ser, después de una tormenta, cuando se forman numerosas piscinas que, combinadas con las luces del ocaso y la magia del lugar, crean estampas dignas de los sueños más idílicos.

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