Santa Sofía o, como la llaman los turcos, «Ayasofya», es el símbolo de Estambul. Fue construida durante el mandato de Justiniano entre los años 532 y 537 y es una de las obras maestras del arte bizantino. Se dice de ella que «cambió la historia de la arquitectura».

El diseño es obra del arquitecto y físico jonio Isidoro de Mileto y del matemático y arquitecto lidio Antemio de Tralles (474-558). Fue la catedral con mayor superficie del mundo durante casi mil años, hasta que se completó la obra de la catedral de Sevilla en 1520.

Entre 1204 y 1261, Santa Sofía fue la iglesia del Papa. Después de funcionar como iglesia durante más de 900 años, en 1453 fue tomada por el Imperio Otomano y convertida en mezquita. Los otomanos dotaron a la iglesia de cuatro minaretes, una escuela teológica y un comedor público.

En 1935, Atatürk, el fundador y primer presidente de la República de Turquía, transformó el templo en un museo, hasta que, recientemente, en el año 2020 ha sido convertida de nuevo en una mezquita.

Santa Sofía sirvió como modelo para muchas otras mezquitas otomanas, como la mezquita del Sultán Ahmed —también conocida como la mezquita Azul de Estambul—, la mezquita de Sehzade, la mezquita de Solimán, la mezquita Rüstem Pasha y la mezquita Kiliç Ali Pasha.

Más información: www.estambul.es