Etiopía conserva el calendario juliano, de modo que el año nuevo comienza para ellos en septiembre, tras la temporada de lluvias. Tradicionalmente se cree que estas fechas coinciden con el fin del diluvio universal.

En Etiopía la celebración de Año Nuevo, el "Enkutatash", que significa "regalo de joyas" y -según una de las muchas versiones de esta festividad- se refiere a la bíblica reina de Saba, es el 11 de septiembre, salvo en los años bisiestos.

El calendario etíope consta de 13 meses, los 12 primeros de 30 días y el decimotercero de cinco o seis días.

Meskerem es considerado un mes de transición del viejo al nuevo año, en el que se expresan las esperanzas, los sueños, los anhelos y deseos para el futuro. Al coincidir con el final de la temporada de lluvias, el campo se cubre de margaritas amarillas y el inicio de la cosecha incita a la celebración.

El año nuevo se celebra con rezos, hogueras, flores, cánticos, bailes, regalos y comida tradicional. Los hombres encienden hogueras para ahuyentar la mala suerte y atraer la fortuna el año que comienza.

Las chicas se visten con el traje tradicional y regalan margaritas amarillas. Temprano, las familias van a la iglesia y después se reúnen en torno a una comida tradicional con injera, pan plano, hecho con harina fermentada de tef, y wat, estofado.

En las ciudades la celebración es más moderna; la gente intercambia regalos y tarjetas de felicitación además de salir de fiesta.

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