La Civilización Minoica o Cretense se desarrollo en las islas de Creta, al sur de Grecia, entre los años 3 000 y 200 a.C. Esta cultura pre-helénica, es conocida también como Egea, Cretense o Minoica. Esta última denominación se debió a Minos, el legendario rey mitológico quien forjó la grandeza de Creta.

Sus habitantes fueron ya tipificados en los jeroglíficos egipcios con la denominación de Kafti, cuya traducción significaría hombre de las islas.

La Isla de Creta se constituyó en esa época como centro político y cultural importante del mar Egeo.

Los cretenses fueron extraordinarios comerciantes gracias a la navegación que alcanzó un gran desarrollo. Comercializaron activamente con los pueblos de las islas vecinas del Mar Egeo. Sus barcos, favorecidos por el viento, podían llegar en tres días hasta el delta del río Nilo. Así se estableció un intercambio cultural con Egipto.

Las expresiones de la Civilización Cretense o Minoica destacaron en la metalurgia, cerámica, arquitectura, entre otros.

En metalurgia, tuvieron gran habilidad con los metales. Aún no conocían el hierro. En cambio, confeccionaron finas joyas de oro, cobre y bronce.

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