La piedra Rosetta fue encontrada el 15 de julio de 1799, por parte de un destacamento militar francés, cuando desenterraban una antigua fortaleza en la costa norte de Egipto.

La piedra Rosetta es un bloque de piedra granodiorita o granítica de unos 760 kilos, de 112.3 centímetros de altura, 75.7 centímetros de ancho y 28.4 centímetros de profundidad.

En la cara pulimentada de la piedra, aparecen 3 tipos de escritura: la parte superior con 14 líneas de jeroglíficos egipcios, 32 líneas en la parte central escritos en demótico (idioma de la última etapa del antiguo Egipto) y la parte inferior 54 líneas en griego.

En 1799 la piedra fue llevada a El Cairo y los estudiosos comprobaron que los 3 epígrafes (inscripción de temas cortos), eran en realidad tres versiones del mismo texto y contenía un decreto sacerdotal en honor al faraón Ptolomeo V que data de 196 a.C.

La piedra Rosetta fue el vínculo que usó Jean-Francois Champollion para descifrar los jeroglíficos egipcios en 1822. Actualmente está en el Museo Britanico de Londres.

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