La carlota (del francés 'charlotte'), es una tarta de origen francés que se caracteriza por ser elaborada con una base de bizcocho o galleta, que no requiere de horneado y se sirve frío.

Se elabora forrando los bordes y la base de un molde alto con bizcochos de soletilla, láminas de bizcocho, genovesas o distintos tipos de galleta. Puede elaborarse con rellenos variados como cremas, helados, mermeladas, compota de frutas o jaleas, las cuales se enfrían a fin de mantener la estabilidad del postre.

La carlota se sirve fría y se puede decorar con frutas, ralladuras, frutos secos, chocolate o frutos cristalizados.

El origen de la carlota es debatido, remontando su posible origen en la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino Unido.

Otra de las teorías establece el postre como una creación del chef francés Marie-Antoine Carême (1784-1833), quien, además de adaptar la receta inglesa convirtiéndola en un postre frío elaborado con bizcochos de soletilla (en francés, boudoirs) y crema bávara, renombró el postre como charlotte à la parisienne o charlotte parisienne tomando el nombre de la princesa Carlota Augusta de Gales, hija única del rey Jorge IV del Reino Unido, para quien trabajó a inicios del siglo XIX.

En sus orígenes el postre era una tarta que requería de horneado prolongado, pero la receta fue alterada a principios del siglo XIX para convertirse en un postre que se sirve frío, popular entre las clases altas que podían costear el transporte de hielo cortado.

Más información: es.wikipedia.org