El Palacio de Yildiz, en Estambul, Turquía, fue utilizado como residencia por el sultán Abdul Hamid II y su corte a finales del siglo XIX. Este complejo palaciego cubre un área de 500 000 m2.

Es uno de los últimos complejos palaciegos que construyeron los sultanes durante el Imperio otomano, se convirtió en uno de los palacios más importantes de Estambul y en una de las principales atracciones turísticas de la ciudad del Bósforo.

Un nuevo proyecto, financiado por la Unión Europea, pretende hacer el palacio más accesible al público, mediante la apertura de nuevas áreas y la incorporación de tecnología moderna en el museo del recinto.

Entre otras cosas, los visitantes podrán descubrir el complejo palaciego a través de una serie de fotografías realizadas en formato panorámico. También se restaurarán las magníficas áreas ajardinadas del Palacio, en las que se ubican los apartamentos estatales, varios pabellones y una mezquita.

El Palacio de Yildiz fue construido en 1880 en una antigua propiedad imperial. A finales del siglo XIX, el sultán Abdul Hamid II (1842-1918) abandonó el Palacio de Dolmabahçe, el cual era el principal centro administrativo del Imperio otomano, temiendo un posible ataque por mar, debido al emplazamiento del mismo a orillas del Bósforo, y se trasladó al Palacio de Yildiz.

El renombrado arquitecto italiano Raimondo Tommaso D'Aronco recibió el encargo de ampliar el complejo palaciego, que se convirtió en la cuarta sede del gobierno otomano.

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