El Martillo de Londres fue encontrado en la ciudad que lleva su nombre situada en Texas, Estados Unidos en 1934.

Es un martillo que data de más de 100 millones de años. Fue descubierto por Max Hahn y su esposa Emma cerca de su casa en la ciudad antes mencionada.

Intrigados por desconocer el objeto incrustado en un pequeño trozo de roca, deciden dejarlo intacto hasta 1946, cuando su hijo George decidió romper la roca y pudo comprobar que en su interior había un martillo con una cabeza de metal, el cual tenía signos mínimos de oxidación, era suave al tacto y tenía una especie de revestimiento fósil de color marrón.

La cabeza del martillo era de forma angular y el mango de madera mineralizada. El metal de la cabeza del martillo, estaba compuesta de 96.6% de hierro, 2.6% de cloro, 0.74% de azufre y sin resto de carbono, lo cual es inusual para la metalurgia ya que el carbono sirve para reforzar el hierro quebradizo.

La roca caliza donde estaba incrustado el martillo, era de una formación geológica del periodo Cretácico, es decir, se trata de un OOPArt (out of place artifact) en español, artefacto fuera de lugar.

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