Los tuátaras o esfenodontes (género Sphenodon) son reptiles endémicos de las islas aledañas a Nueva Zelanda, constituyen la única especie del orden Sphenodontia que ha sobrevivido hasta la actualidad, prácticamente sin cambios desde la Era Mesozoica, donde convivieron con los dinosaurios.

Son extraordinariamente parecidos a las iguanas y en un principio se creyó que lo eran, pero posteriores estudios mostraron que no están emparentados con estas y solo hay una similitud física producto de una convergencia evolutiva. Al igual que muchas iguanas, presentan una cresta espinosa que recorre toda su espalda, característica que le da su nombre en lengua maorí, en la que tuátara significa “espalda espinosa”.

Una de las características anatómicas más increíbles de los tuátaras es que estos conservan el ojo parietal o pineal. Esta es una estructura reminiscente de los primeros tetrápodos, conectada con la glándula pineal y que está involucrada en la regulación de la temperatura y los ritmos circadianos. Aunque algunos otros animales también lo conservan, los tuátaras presentan un auténtico tercer ojo, con una retina y cristalino completos, aunque se va cubriendo de escamas con la edad.

Tradicionalmente se consideraba que los tuataras incluían dos especies: el tuatara común (Sphenodon punctatus) y el tuatara de la Isla Brothers (Sphenodon guntheri), aunque análisis recientes han popularizado la idea de que el tuátara es una única especie, S. punctatus.

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