La epidermis, como capa más externa que vemos y tocamos, nos protege frente a toxinas, bacterias y pérdida de líquidos.

Consta de 5 subcapas de células llamadas queratinocitos. Estas células, producidas en la capa basal más interna, migran hacia la superficie de la piel madurando y experimentando una serie de cambios.

Este proceso, conocido como queratinización (o cornificación), hace que cada una de las subcapas sea distinta.

- Capa basal o estrato basal: es la capa más interna, donde se producen los queratinocitos.

- Capa espinosa o estrato espinoso: los queratinocitos producen queratina (fibras de proteína) y llegan a adoptar forma de huso.

- Capa granular o estrato granuloso: comienza la queratinización, las células producen gránulos duros y a medida que estos empujan hacia arriba, cambian a queratina y lípidos epidérmicos.

- Capa clara o estrato lúcido: las células están densamente comprimidas, aplanadas y no pueden distinguirse unas de otras.

- Capa córnea o estrato córneo: es la capa más externa de la epidermis y comprende en promedio, unas 20 subcapas de células muertas, aplanadas, en función de la parte del cuerpo que recubre la piel. Estas células muertas se desprenden regularmente en un proceso conocido por descamación.

La capa córnea es también asiento de los poros de las glándulas sudoríparas y las aberturas de las glándulas sebáceas.

Debido a que es un estrato superficial de la piel su grosor varía según la parte del cuerpo.

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