El Fanjingshan es una montaña sagrada budista al sur de China, entre las provincias de Henan y Guizhou. Cuenta con un pico llamado Xinjinding (Nuevo Pico de Oro) que se alza como dos alabardas contra el cielo, en el techo más alto de la cordillera Wuling.

En lo alto de pico dorado hay dos monasterios, que recuerdan a la temeridad arquitectónica de los edificios de la griega Meteora aunque en un estilo más asiático, todo más sinuoso y escarpado, jugando con el vértigo, con un puentecillo cruzando la asombrosa cumbre bífida que los separa.

La UNESCO reconoce a Fanjingshan como un sitio considerado de valor universal excepcional. Desde 1978, la reserva natural nacional de Fanjingshan se ha establecido y gestionado durante años, albergando a esas maravillosas criaturas allí. En 2018 se convirtió en Patrimonio de la Humanidad.

El Fanjingshan ha sido un sitio sagrado y tranquilo para los budistas desde la dinastía Tang (618-907), que se encuentra justo detrás de las cuatro montañas sagradas del budismo. Varios creyentes del budismo creen que Fanjingshan es un lugar en el que uno puede alcanzar su iluminación espiritual como lo hizo el Buda Maitreya.

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