La Torre de Belém, es una antigua construcción militar situada en la ciudad de Lisboa, capital de Portugal. Es obra de Francisco de Arruda y Diogo de Boitaca, y constituye uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura manuelina.

Cuando dejó de servir como defensa de invasores en el estuario del río Tajo se utilizó como prisión, como faro y también como centro de recaudación de impuestos para ingresar a la ciudad.

El monumento tiene las influencias islámicas y orientales, que caracterizan el estilo manuelino y marca el fin de la tradición medieval de las torres de homenaje, formando uno de los primeros baluartes para artillería en Portugal.

Parte de su belleza reside en la decoración exterior, adornada con cuerdas esculpidas en piedra, galerías abiertas, torres de vigilancia en estilo mozárabe y almenas en forma de escudos decoradas con esferas armilares, la cruz de la Orden de Cristo y elementos naturalistas, como un rinoceronte, alusivos a los descubrimientos en ultramar. El interior gótico, localizado bajo el piso inferior, sirvió como armería y prisión y es muy austero.

Su estructura se compone de dos elementos principales: la torre y el baluarte. En los ángulos del piso inferior de la torre y del baluarte, sobresalen garitas cilíndricas coronadas por cúpulas en forma de gajos de naranja, decoradas en cantería de piedra. La torre cuadrangular, de tradición medieval, se eleva 5 pisos por encima del baluarte.

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