Durante cuatro siglos se ha formado y consolidado el caballo de raza lipizzana, que se originó en la dura tierra del Carso, en Lipica, Eslovenia.

La raza ganó fama principalmente por su uso en la Escuela Española de Equitación de Viena.

En 1580 se creó esta raza y la yegua da a cargo de nueve sementales Españoles y veinticuatro yeguas importadas de España, por orden del archiduque Carlos II. El nombre de esta raza se deriva de Lipizza que está situada en territorio yugoslavo de donde se originó y en donde todavía se cría en la actualidad.

Los caballos lipitanos tienen cabezas largas con perfiles rectos o ligeramente curvos. La mandíbula es profunda, las orejas son pequeñas, los ojos son grandes y expresivos, y las fosas nasales están hinchadas, tiene una altura de entre 155 y 160 cm. Tiene un carácter bondadoso y alegre.

Por excelencia es preferentemente el color blanco uniforme, aunque en ocasiones los potros suelen nacer negros o castaños y puede algunas veces de color bayo.

Sólo existen unos 6000 lipizzanos en el mundo y una buena mitad de ellos son caballos sementales.

En 1986 fue fundada en Lipizza la "Asociación Internacional de Criadores de Lipizzanos". Hay seis líneas originales de caballos sementales: Pluto, Conversano, Napolitano, Favory, Maestoso y Siglavy. Y las yeguas de linaje: Spadiglia, Argentina, África, Almerina, Presciana, Englanderia, Europa, Stornella, Famosa, Deflorata, Gidrana, Djerbin, Mercurio, Theodorosta y el nuevo linaje esloveno Rebeca.

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