Los musgos pertenecen a una división de los briófitos, que a su vez también agrupa a los antoceros y las hepáticas.

Son un grupo de plantas sin vascularización, xilema y floema, hojas verdaderas o raíces, que en la brecha evolutiva se encuentran antes de la aparición en la tierra de las plantas con tejidos vasculares menores, selaginellas y licopodios, y después del dominio en los océanos de las algas verdes.

Los musgos están constituidos en:

- Gametofito: agrupado en los filidios, laminas fotosintéticas; caulidios, homólogos al tallo y los rizoides, filamentos simples de anclaje.

- Esporofito: agrupado en el "pie" que sirve como sostén al esporangio, cápsula que contiene las esporas.

Representan esa crucial transición en la evolución de la vida y de las plantas de un hábitat totalmente de agua: ríos, mar, estuarios, lagunas, entre otros, incluso en la actualidad existen algunas especies flotantes o sumergidas, al hábitat terrestre, importantes en los primitivos procesos fotosintéticos que dieron cambios en la atmósfera. Hasta el momento se conocen unas 11 000 especies de musgos.

Los musgos se forman en grandes extensiones de biomasa, en algunos casos en forma de alfombra o colchón, con una gran capacidad de retener agua a través de la capilaridad, capacidad que se extiende por toda la planta, en su superficie, a cada oportunidad de lluvia; esto es posible gracias a la ausencia de lignina en sus paredes celulares y que otorgan una gran permeabilidad de agua.

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