Alexander Fleming descubrió la penicilina al dejar olvidado en su laboratorio del Hospital St. Mary, durante sus vacaciones de verano en 1928, unos cultivos de bacterias que a su regreso, habían formado un extraño moho que les impedía crecer.

Su descubrimiento le salvó la vida a millones de personas, razón por la cual este descubrimiento constituye uno de los más importantes de la historia.

Las penicilinas constituyen uno de los primeros antibióticos utilizados de la historia para tratar infecciones y otras enfermedades serias, de hecho, todavía se las utilizan de forma regular en la medicina moderna.

Existen diferentes tipos de penicilinas, cada una de ellas reacciona contra las bacterias en diferente grado, algunos de los tipos de penicilinas más empleados son:

Ampicilina, amoxicilina, flucloxacilina y fenoximetilpenicilina.

Un policía que se arañó con una rosa fue el primer tratado con el antibiótico hace 77 años.

Este hallazgo ha convertido a Fleming en premio Nobel de Medicina, ya que las penicilinas son un conjunto de antibióticos con la capacidad de eliminar las bacterias que causan infecciones en el cuerpo humano.

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