Las Yemas de Santa Teresa son un dulce tradicional que se identifica con la provincia española de Ávila. Su fama se ha extendido por todo el país y se pueden comprar en toda España, pero normalmente son un recuerdo relacionado con la ciudad de Ávila.

Son muy populares por su peculiar aspecto: pequeñas bolas de color naranja servidas en un papel de confitería blanco. Se elaboran en honor a Santa Teresa de Jesús.

Este dulce se elabora con la yema de huevo y azúcar exclusivamente, siendo estas batidas en boles de cobre. La masa se deja enfriar y reposar, tras ello se forman unas bolas de un par de centímetros de diámetro y se suelen poner en tartaletas de papel.

Su origen es incierto, pero hay varias teorías. Una de ellas supone que fue una confitería de la Edad Media en Andalucía, llamada "Flor de Castilla", la primera que vendió un dulce con el nombre de "Yemas de Santa Teresa".

Don Isabelo Sánchez, fundador de la pastelería "La Dulce Aviles" (hoy conocida como "Flor de Castilla") en Ávila comercializó el dulce en 1860 con el nombre de "Yemas de Santa Teresa".

El éxito del plato fue grande y otros pasteleros de Ávila pronto comenzaron a vender pasteles similares a los que llamaron "Yemas de Ávila".

Con el comienzo del siglo XXI el mercado de las "Yemas de Ávila" se amplió y ahora son demandadas en Norteamérica. Por ello, se desarrolló un nuevo sistema de envasado para mejorar la conservación y hacer que sobrevivieran al envío a América.

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