René Lalique (1860-1945) fue un maestro vidriero y joyero francés reconocido por sus originales creaciones de joyas, botellas de perfume, vasos, candelabros, relojes, etc., dentro del estilo modernista (art nouveau y art decó).

La fábrica que fundó funciona todavía (es muy popular por sus perfumes) y el apellido Lalique ha quedado asociado a la creatividad y la calidad, con diseños tanto fastuosos como discretos.

A los 16 años, Lalique comenzó su aprendizaje con el joyero parisino Louis Aucoq y después siguió los cursos del Sydenham Art College en Londres entre 1878 y 1880. A su regreso a Francia trabajó, entre otras, para las firmas Aucoq, Cartier y Bûcheron.

Después de haber abierto un comercio en París, comenzó a concebir frascos de perfume en vidrio para François Coty, siendo así el primero en imaginar la comercialización de un producto tan emblemático del lujo y del refinamiento en un envoltorio igualmente delicado y espléndido. Pero también pensó producir estos bellos objetos en grandes series, haciendo su arte accesible a un número creciente de personas.

La excelencia de sus creaciones le valieron los encargos para la decoración interior de numerosos barcos, trenes como el Expreso de Oriente, iglesias como la de San Nicasio de Reims y numerosa orfebrería religiosa y civil.

Además, fue el primero en esculpir el vidrio para grandes obras monumentales, como las puertas del Hotel Alberto I de París o las fuentes de los Campos Elíseos.

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