En efecto, se conocen alrededor de 1.500 volcanes activos en la Tierra, de los cuales cada año entran en erupción entre 40 y 60. Se consideran como tales aquellos que han tenido alguna erupción en tiempos históricos. Como hay volcanes que entran en erupción después de miles de años sin actividad aparente, no resulta fácil saber con certeza si un volcán está definitivamente extinto.

Y la realidad es que el planeta está inundado de volcanes. Eso sí, distribuidos con orden, ya que tienen preferencia por determinadas zonas de la superficie terrestre. Concretamente, los bordes que delimitan las placas tectónicas en las que está dividida la corteza terrestre.

Estas placas, formadas por parte del manto superior y la corteza, se mueven unas respecto a otras debido a continuos procesos de creación y destrucción de litosfera: se generan en zonas donde el magma asciende hacia la superficie y se destruyen en las zonas de subducción, donde se sumergen en el interior del manto terrestre.

El llamado Cinturón de Fuego del Pacífico reúne la mayor parte de los volcanes del planeta, que bordean la Placa Pacífica en las zonas de Japón, Marianas, Filipinas, Indonesia, Antártida, Andes, Centroamérica, Montañas Rocosas (América del Norte) y Alaska. Se da la circunstancia de que la humanidad tiene preferencias parecidas al vulcanismo y estas zonas costeras están ampliamente pobladas. En los últimos dos siglos los volcanes han acabado con la vida de más de 200.000 personas.

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