El tarot es una baraja de naipes que, además de servir para jugar, se usa a menudo como medio de "adivinación" del pasado, de la situación presente del consultante y algunas veces del futuro, por lo que constituiría un tipo de cartomancia. Sus orígenes datan al menos del siglo XIV.

La baraja del tarot actual se basa en el estándar de las 78 cartas que era popular en el norte de Italia en el siglo XVI y que se agrupan en dos conjuntos:

-Los arcanos mayores, conformados por 22 cartas usualmente consideradas las más importantes de la baraja y que se supone revelan los cimientos y pilares de la vida del consultante. Ellas consisten en arquetipos universalmente reconocidos y figuras altamente simbólicas que cruzan un amplio espectro de la mitología y religiones.

-Los arcanos menores, integrados por 56 cartas que representan los antepasados de las cartas contemporáneas y se dividen igualmente en cuatro palos. Los bastos corresponden a los tréboles, las copas a los corazones, las espadas a las picas, y las monedas (oros) a los diamantes. En cada palo hay diez cartas numeradas (desde el As hasta el 10), y cuatro cartas con figuras (Paje, Caballero, Reina y Rey).

Las copas se asocian con las emociones y al elemento astrológico del agua; las espadas se asocian con la actividad intelectual y al elemento astrológico del aire. Los bastos refieren a lo laboral y al elemento astrológico del fuego; los oros refieren a los novios y al elemento astrológico de la tierra.

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