La primera vez que se utilizó fue en el sitio musulmán encabezado por el califa Muawiya I, entre los años 674 y 678.

El "fuego griego" se trataba de una mezcla de componentes desconocidos, que ardía al entrar en contacto con el agua.

La mezcla fue inventada por un refugiado sirio cristiano llamado Calínico, originario de Heliópolis, para el Imperio bizantino, quienes la llamaron "fuego griego".

Constantino IV gobernante de Constantinopla, organizó la defensa. La ciudad estaba rodeada por gruesos muros que la hacían inexpugnable, por eso, los musulmanes bloquearon la ciudad a lo largo del Bósforo. Uno tras otro fueron rechazados los intentos de conquista, el "fuego griego" hizo estragos en los barcos, miles murieron y centenares de naves fueron destruidas. Finalmente en el 678 se retiraron.

En el 717, nuevamente los musulmanes, al mando del califa Suleimán I, sitiaron a Constantinopla, ahora gobernada por León III, quien lo esperó con su flota en un estuario a la entrada del Bósforo. Atacando por sorpresa y utilizando el "fuego griego" repelió los ataques del califa, quien al año siguiente se retiró derrotado.

Los bizantinos guardaron celosamente la fórmula del "fuego griego", pasó a ser un secreto de estado. Pero con el tiempo ésta se perdió, razón por la cual, se desconoce su composición.

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