Con la excepción de algunos taxones supraespecíficos, los mamíferos presentan difiodoncia: durante su desarrollo, tienen primero una dentición decidua (dientes de leche) y después una dentición permanente que va sustituyendo de manera gradual a la primera. Se dice de los animales a los que les corresponde esta característica que son difiodontes.

En oposición, se dice que presentan monofiodoncia aquellos animales cuya dentición es la misma durante toda su vida, y se dice de ellos que son monofiodontos. De aquellos otros cuya dentición va cambiando repetidamente a lo largo de su vida se dice que son polifiodontos (o que presentan polifiodoncia).

Los elefantes, canguros y manatíes tienen varios juegos de dientes que crecen en la parte posterior de la boca y se desplazan hacia delante a medida que se caen los dientes delanteros.

Los sucesivos cambios de dientes en los elefantes se deben a que crecen tanto —de unos 100 kilos cuando nacen hasta varias toneladas cuando son adultos— que sus dientes deben adaptarse al aumento de tamaño de su mandíbula, pues esta crece proporcionalmente a las otras partes de su cuerpo.

En el momento de reemplazar la dentadura antigua por la nueva, los elefantes cuentan con el doble de dientes, con lo que pueden masticar más y más rápido. Durante un pequeño período de tiempo la capacidad de ingerir alimentos aumenta, por lo que ganan peso fácilmente.

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