El estruendo más fuerte registrado hasta la época sería la erupción del volcán Krakatoa en la costa de Yakarta, Indonesia el 27 de agosto de 1883.

Esta erupción desató una energía de 200 megatones, unas 10.000 veces más poderosa que la bomba atómica de Hiroshima. Aseguran que fue percibida en un 10 % del globo terráqueo, llegando a ser oída hasta en la isla de Madagascar y en Australia, según el portal FiveThirtyEight.

El motivo podría ser la entrada de nuevo material a temperaturas muy superiores tras vaciarse el magma que contenía anteriormente. Se generaron gases que incrementaron la presión en la cámara magmática de manera incontrolable y pudo ser la causa de el cataclismo.

La explosión desencadenó una serie de tsunamis por todo el globo terráqueo, generando olas de hasta 40 metros de altura. Como consecuencia de estos tsunamis acabaron con 163 aldeas a lo largo de la costa de Java y Sumatra, muriendo un total de 36.417 personas.

Los miles de kilómetros entre la costa de Jakarta y Australia no evitaron que no llegase el sonido, aunque no se propagó por toda la Tierra, si abarcó una gran longitud. A medida que el sonido se expandía, iba perdiendo fuerza. Finalmente, la onda se atenuó y ya no era perceptible para el oído humano. Aunque no desapareció del todo y aguantó varios días más.

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